Un tema que quiero abordar, es si realmente tiene algún sentido competir en los locales de ambiente liberal. Me refiero a competir como se compite en una discoteca o en cualquier lugar de los llamados “verticales”.

Desde hace ya un tiempo, en los que la afluencia a locales aumentó exponencialmente, hemos podido ver que se dan muchos casos donde se lucha de manera a veces hasta denigrante para los “competidores”.

Lo mejor es verlo con ejemplos:

Todos hemos visto los llamados cuartos oscuros, donde las parejas suelen entrar y los chicos les miran a través de unos barrotes, agujeros, etc.  Hace años, cuando comenzaba este ambiente en España, los chicos se organizaban para entrar de uno en uno, o de dos en dos, estaban 5 minutos y si no había “contacto” se salían para dejar pasar a otros dos. Y así se conseguía, sobre todo, dejar que la pareja consiguiese ambientarse y sobre todo no sentirse ni agobiados ni demasiado observados.

Ahora ocurre todo lo contrario. Cuando una pareja entra en un cuarto oscuro, no han pasado ni cinco segundos, y ya hay tantos chicos como espacio tenga el lugar intentando contactar, consiguiendo con eso atosigar a la pareja, no dejarles ambientarse y muchas veces, sienten y oyen los empujones y codazos entre ellos.

Resultado: que la pareja se sale y buscan lugares más tranquilos y sin que nadie les agobie.

Lo peor es cuando muchas veces oímos a los chicos quejarse de que las parejas no entran en los cuartos oscuros, culpándolas a ellas de que ya no buscan el morbo.

Pero también es normal, muchas veces, a las parejas que son de trío, competir de forma poco ortodoxa para conseguirlos.

Si una pareja está dentro de un glory-hole o cuarto oscuro y está tratando de contactar con chicos, las demás parejas deben de respetarles y esperar. Me refiero a que no es lícito que vayan por fuera tocando o contactando con chicos y quitándoselos a la o las parejas que están dentro.

Con este post, solo quiero llamar la atención a que también en los locales debe de haber normas más allá de la famosa de “un no es un no”. Muchas veces, es verdad, que son reglas no establecidas, pero que si se respetasen harían de los locales lugares mucho más atrayentes para todos.