Una de las inquietudes de muchas parejas es si en los locales, o en algunos en concreto hay morbo o no hay morbo.
Desde mi punto de vista, hay muchas variables las que hacen que los locales sean más morbosos o no lo sean. Voy a enumerarlos a ver que os parece:

El carácter de las personas dependiendo de su origen

Si bien nunca se debe generalizar, y no quiero hacerlo, muchas veces decimos que dependiendo de las regiones o países la gente es más abierta o menos, más conservadora o menos, mas “caliente” o menos. Sin duda, aunque con excepciones, el clima, las costumbres, la religión, etc. marcan un carácter. El ambiente de algunos locales situados en la costa mediterránea, que tienen su apogeo en época estival, unido a la asistencia de visitantes europeos, que por su cultura anglosajona tienen menos prejuicios, hacen que sea más fácil que se genere morbo. Por el contrario en las zonas de interior o en el norte la gente puede ser un poco más retraída y eso se nota.

La privacidad e intimidad

Los locales situados en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, con cerca de cinco millones de habitantes cada una hacen que sea muy difícil encontrarse con alguien conocido, mientras que en las capitales más pequeñas o en las provincias el riesgo de ser conocidos es mayor. Es por eso que en estos lugares los locales suelen estar fuera de la capital, para mantener esa privacidad.

La asistencia de muchas parejas que no lo son realmente

Desde hace tiempo, a los locales asisten muchas parejas, que en realidad no lo son, y por lo tanto, eso se nota, y mucho.
Son parejas que vienen para pasar un rato divertido de sexo, pero sin la complicidad que el mundo swinger exige. Lo normal es ver a muchas de estas parejas exentas de comunicación entre ellos y mostrándose de forma pasiva, esperando a que comience el ambiente, para aprovechar y meterse en las “montoneras”.
Desgraciadamente estas parejas, lo que acaban consiguiendo es ralentizar el ambiente y en el peor de los casos suelen ser muy molestas para otras parejas realmente swingers.

La falta de atrevimiento

Se nota mucho cuando a un local acuden parejas swinger realmente atrevidas y conocedoras perfectamente de estos lugares.
Son parejas que por lo general llevan ya tiempo en el ambiente y no “esperan” a nadie. Ellos crean el ambiente; ¿cómo?, pues comenzando ellos a besarse, a tocarse, porque tienen muy claro que ellos siempre van a estar juntos. No necesitan que nadie les caliente, ya que realmente se gusta el uno al otro y se desean lo suficiente como para no esperar a ver que hacen los demás. Saben utilizar cada rincón que un local pone a disposición de las parejas y/o los chicos. Entran al cuarto oscuro, utilizan los “glory hole” o se dan un masaje, no esperando nada de nadie. Y ahí es cuando los demás suelen animarse y se genera el ambiente propicio para la gente swinger.

La forma de vestir

Aquí quiero comenzar con una reflexión. ¿Cuántos sitios conocéis donde se pueda vestir de manera sexi?
Yo solo los locales liberales. Hace muchos años, cuando comenzaba en España el ambiente sw, las parejas que acudían a un local liberal lo hacían luciendo ellas los vestidos más escotados, cortos y atrevidos que tenían y ellos elegantemente bien vestidos, además de cuidar mucho la higiene, el olor corporal, etc.
Y claro, si eso lo hacían la mayoría de las parejas, porque no nos olvidemos que se trata de seducir y ser seducidos, imaginaros el morbo que se podía generar.
Hoy en día, por desgracia eso se ha descuidado, y es normal encontrarse en algunos sitios chicos en pantalón corto o chanclas y hemos visto a mujeres en chándal y zapatillas de futbolista. Curiosamente suelen ser estos los que más descontentos se van del local diciendo que es que ya no se liga en estos locales y que no hay morbo.

Conclusión:

Si vais a un local liberal y sois pareja real, pensar que lo mejor es que vais a estar juntos. Luego, por favor, cuidar la higiene y la vestimenta. Poneros ropa atrevida, lucir vuestros encantos y llevar una predisposición a conocer a otras personas. Conocer no obliga a nada, pero seguro que os amplía las miras. Y cuando tengáis ganas, no dudéis en empezar vosotros solos. Ir a bailar a un cuarto oscuro, sentaros y besaros o tocaros frente a otras parejas, ir a los jacuzzis o pasar directamente a las habitaciones. Veréis como el ambiente que se genera a vuestro alrededor es morboso y divertido.